Un poco de historia
En
las manos de algunas de las estatuas del Antiguo Egipto podemos observar
empuñados dos objetos de forma cilíndrica con origen y
significado desconocido para los historiadores. Los egiptólogos ofrecen
diferentes versiones al respecto, se especula que son: mangos de camillas,
pañuelos aromáticos enrollados, tubos para papiro, sellos... Pero
con sólo mirar al monumento de faraón Menkaura acompañado
de las diosa Jator y Noma, se puede cuestionar
la verosimilitud de todas estas versiones (ver foto).
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El
faraón Menkaura sostiene el Cilindro Lunar en su mano izquierda y la
diosa Jator (a la izquierda) sostiene el Cilindro Solar en su mano derecha, a
la derecha la diosa Noma sostiene los dos cilindros, Solar y Lunar.
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El
faraón Menkaura sostiene el Cilindro Lunar en la mano izquierda y en
la derecha el Cilindro Solar. A la izquierda la diosa Jator, a la derecha -
Noma.
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El manuscrito "Los Misterios de la Vida y de la
Muerte" proporciona una descripción detallada de la elaboración
de los cilindros, narra el procedimiento de su empleo y delimita sus funciones
- fortalecimiento del potencial energético y acceso de información con sistemas conciencia
superior. Estarán de acuerdo que esta explicación suena
más verosímil y convincente en comparación con las
demás versiones, sobre todo si tomamos en cuenta los siguientes hechos; sobre
el margen relativamente pequeño del promedio de vida de los habitantes
del Antiguo Egipto de 25 a 30 años, la longevidad de algunos faraones y
sacerdotes resulta sorprende: Pepy II reinó 94 años, Ramses II -
67 años, Thutmose III - 54 años, Psamético I - 51. La
longevidad del propio estado egipcio ya se extraviaba en el velo de los siglos
y sorprendía la imaginación del historiador de la antigüedad
Herodoto.
La ciencia histórica moderna nos puede develar muchas
cosas sobre el Antiguo Egipto. Pero aún así, para nosotros quedan
veladas muchas cuestiones sobre conocimientos secretos, métodos y medios
que posibilitaban a los sacerdotes y faraones egipcios una vida longeva y
activa, fuerza y sabiduría para dirigir durante muchos siglos el estado,
desarrollar la agricultura, artesanías, ciencias y las bellas artes,
cuyas obras hasta la fecha sorprenden con su espiritualidad. Hay que mencionar
que los médicos del Antiguo Egipto fueron muy respetados en su mundo
moderno y los gobernantes de los países aledaños a Egipto
preferían ser tratados exclusivamente por ellos.
Los Cilindros de Faraón no son una invención moderna.
Han sido reconstruidos con base a una metodología antigua que se mantuvo
en secreto durante muchos siglos. Se conoce que a principios del siglo XIX se
utilizaban como un medio auxiliar en las prácticas de
autoregularización y autoperfección dentro de un sistema poco
conocido de conocimientos esotéricos del Cáucaso. Un llamado
sistema Maestro adquirió cierta difusión gracias al manuscrito "El
sistema de yoga del Cáucaso" publicado en 1955 en EEUU por un enigmático
polaco Kont Valevskiy.
Los editores informan que antes del año 1920,
superando los bullentes eventos revolucionarios de Rusia, Kont Valevskiy llegó
al Cáucaso y fue iniciado en una sociedad esotérica secreta con
la promesa de no divulgar el origen de sus conocimientos. Muchos años
después, estando ya en EEUU, Valevskiy redactó todos los
conocimientos adquiridos en el Cáucaso en el manuscrito "El sistema
de yoga del Cáucaso". El manuscrito fue publicado posterior a la
muerte del autor.
Esto es lo que se describe en el capítulo
"Renovación de la energía nerviosa" sobre los Cilindros
del Faraón: "El método utilizado en el Antiguo Egipto para
reforzar los flujos de energía corporal, han sido mostrados en las figuras que representaban el segundo arcano
maestro. Dos barras están sostenidas en las manos de estas figuras
erguidas, y apretadas con gran fuerza dan la apariencia del influjo de una fuerza
eléctrica, que al cerrar el circuito con las manos, liberan esta
energía dentro del cuerpo para acumularla en los nudos unipolares y el
líquido espino-cerebral. La restitución del potencial energético
es del 100% y se mantiene durante el día y la noche, 24 horas.
Las barras eran dos, cada una de consistencia diferente: una
destinada principalmente para la mano derecha, otra – para la izquierda. Una
tenía la fuerza del sol, la otra - de la luna...
La barra lunar sirve de catalizador que proporciona a la
barra solar mayor actividad".
Estas barras eran conocidas desde tiempos antiguos, pero el
secreto de su elaboración era conocido por pocos iniciados.
El propietario del conjunto completo de información sobre
los Cilindros del Faraón resultó ser el físico teorético
Vladimir Pavlovich Kovtun, quién organizó largas investigaciones
científicas de las propiedades de los Cilindros del Faraón. Los emisarios
del mundo antiguo se encontraron bajo la visión escrupulosa de los
investigadores. Expertos de muy diversas ramas del conocimiento se
habían involucrado en este asombroso proceso: físicos, egiptólogos, médicos,
biofísicos, astrólogos, parapsicólogos, personas con
capacidades extrasensoriales. Acerca de estas investigaciones fascinantes y
casi detectivescas, V.P. Kovtun escribió el libro "El enigma de los
Cilindros del Faraón", y el director de RТR
(Canal de Televisión Rusa) Plugatireva realizó una
película documental de cuatro horas de duración titulada "Egipto.
Pruebas de un misterio".